Hoy: aceptación.
Hace días vengo trabajando en este concepto, la vida me dice a gritos que deje de enfocarme en como quisiera que fueran las cosas y acepte lo que es. A primera vista parece algo fácil de aplicar ¿no? aceptar la realidad tal y como es, observar lo que tengo, lo que esta acá materializado y ser feliz con eso. Sencillo. Pero, (y lamentablemente siempre hay un pero) el ser humano es mas complejo que eso, nuestra capacidad de imaginar y fantasear es a la vez una bendición y una maldición. Bendición porque nos permite soñar y son los sueños los que nos impulsan a crear. Maldición porque puede que esos sueños nublen nuestra valoración hacia lo logrado. Y lo loco es que seguramente lo que tenés hoy es lo que soñaste tener en otro momento de tu vida. Y así vamos, deseando cosas que pierden valor cuando las logramos, porque en ese momento aparece otro deseo en el que ponemos toda nuestra atención. ¿Cómo me permito soñar sin desesperarme por cumplir esos sueños? no tengo la respuesta, pero