Domingo.
Siempre digo que hay una melancolía implícita en los domingos, es como un combo, no existe domingo sin nostalgia. Antes me peleaba con esta idea, me resistía, buscaba planes para evitar la tristeza, no podía ni pensar en escuchar música que me hiciera pensar, si o si necesitaba de distracciones.
Un día, en el medio del proceso de aprender a gestionar mis emociones (para aquellos que entiendan un poco de astrología, en mi carta no tengo agua, es algo que necesito integrar), decidí mirar de frente a ese domingo nostálgico que me aterrorizaba, elegí un domingo de lluvia, muy parecido al día de hoy. Busque las canciones que mas me llegan, esas que remueven algo adentro de uno, me hice un café y me senté en el balcón a mirar la lluvia (externamente) y mirar mi tristeza (internamente).
Y me di cuenta que adentro mío había oscuridad, si, había tristeza y dolor, heridas que estaban abiertas aun, pero no era para tanto. Ese dolor que llevaba no me iba a matar, es mas, me generaba mas malestar ese fantasma que me había creado de mi dolor que el dolor en si. Vieron que el miedo tiende a actuar de esa forma, exagerando aquello que nos asusta, haciéndonos creer que no vamos a poder enfrentarnos a eso. Pero si podemos, si algo admiro del ser humano es eso, que siempre puede, que puede aguantar cosas inimaginables y siempre encuentra una forma de significarlas.
En fin, ahora el domingo es mi día favorito. Amo dedicar ese día a mirarme a mi, a estar conmigo. Y si siento tristeza la llevo al máximo, la dejo salir para que no me atormente mas. Curiosamente, cada vez me siento menos triste. Hay una cierta belleza en la melancolía, adoro haberla encontrado.
Flori♈
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