Hoy: heridas.

 Desde mi experiencia cada día tiene una vibra particular, un mensaje general, una energía que se va manifestando de forma sincrónica en cada situación, cada interacción, cada evento que sucede. 

Partiendo de esta premisa, el titulo de mi día de ayer fue clarísimo: "heridas". 

Comencé la mañana escuchando el mismo podcast de psicología de siempre, y el episodio trataba sobre esto: "heridas emocionales". Hacia un repaso sobre la teoría de las cinco heridas que se generan en la infancia y que marcan a las personas durante toda su vida. 

No se bien si esto fue el disparador de todo lo que sucedió después, hace rato deje de ver la realidad como una causa-consecuencia, más bien la leo como manifestaciones sincrónicas de la energía subyacente. 

En fin, durante los veinte minutos que duro el episodio hice un viaje introspectivo y retrospectivo de mi infancia, observe cada una de las heridas que se definían allí y me sentí identificada con todas, (con algunas en mayor porcentaje que otras no). Pero si, con todas.

"Ser adulto es darte cuenta que todos estamos rotos" decía un chico en un video que vi en Instagram. Y es así, somos nuestras heridas. Lo que no quiere decir que seamos solo nuestras heridas. Pero si es cierto que si no se hace un trabajo sobre ellas, dominaran gran parte de nuestros vínculos y pensamientos, repetiremos patrones sin ser conscientes de ello. 

Y lo que no es consciente, nos esclaviza. 

La psique funciona de esta manera, todo aquello que reprimimos y rechazamos (quizás porque es demasiado doloroso para enfrentarlo) no desaparece, solo se va a nuestro inconsciente. Es como el cofre oscuro donde guardamos todo aquello que no queremos aceptar de nuestra energía, de nuestra historia.

El problema es que creemos equívocamente que guardar las cosas en ese cofre las hace desaparecer, y nada más alejado. Es el inconsciente es el que arma las escenas de nuestra vida, externamente, porque en el interior no encuentra expresión posible. 

Es así como nos vemos repitiendo una y otra vez las mismas problemáticas, preguntándonos "¿por que siempre se me aparecen personas así?", "¿por que siempre me veo en la misma situación?". Creyendo que es nuestro "destino", que algo conspira en nuestra contra. 

Quizás debamos dejar de buscar las repuestas en el exterior, quizás necesitemos dejar de buscar culpables en todos lados y hacernos cargo de nuestras heridas internas. Mirarlas de frente por más que duelan, trabajarlas para desprendernos de la carga que representan y poder vivir desde un lugar más liviano, más libre, más consciente. 

En otro momento de mi vida seguramente hubiera reaccionado a los eventos de ayer de una forma muy distinta, justamente: reactiva. Pero cuando sentí que me dolía, me salió preguntarme ¿Qué está despertando esto en mi? porque lo que duele no son las acciones de las personas, duele que reactivan nuestras heridas, vuelven a abrir esa cicatriz que llevamos en el alma. Y eso es lo que hay que observar y sanar. 

Básicamente porque lo que nos pertenece es lo único que podemos controlar. Mantener el enfoque en porque los demás actúan como actúan no tiene sentido, es desgastante e inútil. 



Flori♈





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