Gracias por soltarme la mano, me obligaste a aprender a volar..

Gracias por irte y demostrarme que en realidad, no te necesitaba tanto como creía,

gracias por enseñarme que el amor que te di vive en mi, 

que todo lo que vi en vos, en realidad es lo que soy.

Gracias por irte, porque sinceramente yo nunca hubiera podido hacerlo,

nunca hubiera podido darle un fin, porque el goce gana muchas veces al bienestar,

y cuando te fuiste no me quedó más que amigarme con lo que soy,

no tuve otra opción más que mirar mis heridas de frente, enfrentar mi vacío y llenarlo con amor,

el amor que estaba tan encaprichada con darte a vos,

quizás porque el complejo de salvadora me hizo creer que lo necesitabas más que yo,

quizás porque siempre es más fácil mirar afuera que adentro. 

Pero gracias, porque después de todo, se que la que era en aquel entonces no se hubiera ido,

pero la que soy hoy no volvería jamás. 


Flori. 

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