La ternura es un acto revolucionario đź’›

Nada me parece más triste que una persona que perdió la ternura.

Vivimos en un mundo que nos empuja a eso, el sufrimiento, el dolor, las pérdidas, la crueldad… todo nos lleva a construir una coraza protectora, a aislarnos, a centrarnos en nuestro propio padecimiento y nos olvidamos de que no estamos solos, de que todos libramos nuestras propias batallas internas y hacemos lo mejor que podemos.

Para mí, la ternura es revolucionaria. Es esa energía que nos permite mirar al otro con amor, ver más allá del ego y conectar, aunque sea por un instante, con lo que nos une: nuestra humanidad.

En un mundo donde todo va tan rápido y cada quien está inmerso en sus problemas, la ternura es un acto de resistencia. Que alguien se detenga un momento para mirarte, que te ceda un asiento, te deje pasar, te diga “buenos días”, "por favor", "gracias", te de una mano.. eso, hoy en día, es un acto innovador.

La ternura es tan simple, tener un gesto amable es tan fácil y, aun así, a veces nos cuesta tanto. Estamos enojados y tratamos mal a quienes nos rodean, no damos nada porque sentimos que no recibimos nada. Así vivimos: mezquinando la ternura como si pudiera agotarse, acaparando el amor como si no fuera infinito.

Pero la ternura es una manifestaciĂłn del amor, y el amor tiene esa magia: no se agota, se multiplica cada vez que lo expresamos.

Lo que más me duele de quienes perdieron la ternura no es que no sepan darla al mundo, sino que, en el fondo, quien es duro con los demás es también duro consigo mismo. Quien no sabe dar amor quizás nunca lo recibió. Y pocas cosas me entristecen más que eso.


💛💛💛💛💛💛

Flori. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hoy: heridas.

Hoy: Esperanza.

Viernes